DE NUESTRA HISTORIA

El estudio de la Historia de Cuba en la carrera de Medicina desde concepciones martianas

The study of the History of Cuba in the Medicine career from Martí's conceptions

Mileidys Alonso Gómez 1* https://orcid.org/0000-0003-2637-9648 

Yonathan Estrada Rodríguez 1 https://orcid.org/0000-0001-9161-6545

Velgis Cardero Garcés 1 https://orcid.org/0000-0002-3524-3649

Shania Naranjo Lima 1 https://orcid.org/0000-0001-6248-2963

 

1 Universidad de Ciencias Médicas de Matanzas. Facultad de Ciencias Médicas de Matanzas Dr. Juan Guiteras Gener. Matanzas, Cuba.

 

*Autor para la correspondencia: mileidysag1@gmail.com   

Recibido: 26/03/2023

Aceptado: 24/11/2023

 

RESUMEN

Introducción: la campaña de deshistorización es una problemática actual que impone reforzar el estudio de la historia. Esta razón concede toda la importancia al estudio de la Historia de Cuba en la carrera de Medicina, puesto que es el médico un profesional protagónico en la sociedad cubana actual.

Objetivo: argumentar la utilidad de concepciones martianas de la Historia de Cuba en el proceso de enseñanza-aprendizaje desarrollador en la carrera de Medicina, para tributar a la formación integral del profesional.

Diseño Metodológico: se identificaron un total de 22 fuentes bibliográficas provenientes de buscadores académicos como SciELO, Google Académico, etc; así como consultas a libros y revistas. La búsqueda se limitó a idioma español. Los métodos empleados fueron del tipo teórico: análisis-síntesis, histórico-lógico y ascenso de lo abstracto a lo concreto.

Desarrollo: las últimas décadas han impuesto a las instituciones de las ciencias médicas, nuevos desafíos y contradicciones provocadas por profundas transformaciones ocurridas en el ámbito socioeconómico, político, tecnológico y científico que han pautado las nuevas condiciones en las que tiene lugar el proceso formativo de los profesionales de la salud.

Conclusiones: el proceso de enseñanza-aprendizaje de la disciplina Historia de Cuba, en la carrera de Medicina tiene amplias potencialidades para lograr transformar al futuro profesional de la salud en un sujeto sensibilizado con las necesidades de la sociedad cubana actual. Sus contenidos son vehículo para estudiar al más grande pensador y conductor político que ha dado nuestro país y para profundizar en su obra. 

Palabras claves: Aprendizaje; Concepciones martianas; Enseñanza; Historia; Medicina; Proceso de enseñanza-aprendizaje desarrollador.

ABSTRACT

Introduction: the dehistoricization campaign is a current problem that requires reinforcing the study of the history. This reason grants all the importance to the study of the History of Cuba in the Medicine career, since the doctor is a leading professional in the current Cuban society.

Objective: argue the usefulness of Martí's conceptions of the History of Cuba in the teaching-learning process developed in the Medicine career, to contribute to the comprehensive training of the professional.

Methodological Design: A total of 22 bibliographic sources from academic search engines such as SciELO, Google Scholar, etc. were identified, as well as queries to books and magazines. The search was limited to the Spanish language. The methods used were of the theoretical type: analysis-synthesis, historical-logical and ascent from the abstract to the concrete.

Development: the last decades have imposed on the institutions of the medical sciences, new challenges and new contradictions caused by the profound transformations that have occurred in the socioeconomic, political, technological and scientific fields that have established the new conditions in which the training process takes place of health professionals.

Conclusions: the teaching-learning process of the Cuban History discipline in the Medicine career has great potential to transform the future health professional into a subject sensitive to the needs of current Cuban society. Its contents are a vehicle to study the greatest thinker and political leader that our country has produced and to delve into his work.

Keywords: Learning; Marti's conceptions; Teaching; History; Medicine; Developer teaching-learning process.

INTRODUCCIÓN

Los pueblos progresistas viven hoy una agresiva campaña de deshistorización dirigida a borrar identidades y símbolos desde una posición imperial hegemónica y globalizadora que busca imponer su cultura. Esta problemática hace necesario para la sociedad cubana y de manera particular para la educación superior, reforzar el estudio de la historia.

La Historia de Cuba camina ligada al concepto de identidad, elemento indispensable en el proceso de creación de la conciencia nacional. Refiere Vitier (1) que; “Tener plena conciencia de ser cubano, es ser martiano”.

Esta razón concede toda la importancia al estudio de la Historia de Cuba en la carrera de Medicina al ser consecuente con la condición del profesional que debemos formar según la visión de Fidel (2): “Médicos de altísima calidad, calidad científica, calidad política, calidad moral y calidad humana…”

Cumplir con este anhelo fidelista conduce a hacer del proceso de enseñanza-aprendizaje desarrollador de la asignatura Historia de Cuba en la carrera de Medicina desde concepciones martianas, un proceso que permita interiorizar, asumir, encarnar y poner en práctica por convicción el ideario de quien supo ser; el servidor más apasionado que puedan tener los hombres. (1)

La temática relacionada con la enseñanza de la Historia de Cuba como parte esencial de la formación cultural de los estudiantes universitarios ha sido investigada a nivel nacional por autores como Addine Fernández et al (3), García López et al (4), Leal García (5), Carrazana Conreras et al (6). Por su parte, en la provincia de Matanzas se destacan en el estudio de la Historia de Cuba, Quintero (7), Hernández (8), entre otros.

Para lograr el objetivo humanista, científico, creador y desarrollador de la enseñanza de la historia se ha de lograr que los estudiantes desarrollen valoraciones históricas caracterizadas por el diálogo, la búsqueda, el espíritu de indagación, el debate, el ejercicio del criterio argumentado, que contribuya a profundizar convicciones patrióticas.

Organizar el proceso de enseñanza-aprendizaje de manera que, la historia, se imparta desde un diseño curricular que pueda tributar al modelo del profesional que se forma desde una concepción desarrolladora, contribuye al reconocimiento de identidades. En este sentido se coincide con Reyes (9) en que estamos llamados a seguir explorando científicamente qué sucede con el proceso de enseñanza–aprendizaje de la Historia, de manera que se perfeccione sistemáticamente y tenga un impacto social más evidente y duradero en el estudiantado.

En consecuencia, estudiar la historia de Cuba desde concepciones martianas, debe ser tarea esencial del proceso enseñanza –aprendizaje en la carrera de Medicina, donde el profesor que enseña historia, ha de ser un forjador del mejoramiento humano, formador de patriotas y revolucionarios, con un desempeño ético y un conocimiento puesto al servicio de la sociedad. 

Es objetivo de este artículo argumentar la utilidad de concepciones martianas de la Historia de Cuba en el proceso de enseñanza-aprendizaje desarrollador en la carrera de Medicina, para tributar a la formación integral del profesional.

DISEÑO METODOLÓGICO

Se identificaron un total de 22 fuentes bibliográficas, provenientes de buscadores académicos como SciELO, Google Académico, etc, así como consultas a libros y revistas. La búsqueda se limitó a idioma español. Los métodos empleados para la realización de esta investigación fueron del tipo teórico: análisis-síntesis, histórico-lógico, ascenso de abstracto a lo concreto los que permitieron resumir los fundamentos para lograr una enseñanza y aprendizaje que favorezca la formación en el estudiante de sólidos conocimientos, habilidades, actitudes y valores.

DESARROLLO

Las universidades cubanas poseen las condiciones educativas, instructivas y extensionistas para cumplir con el fin y los objetivos de dicho nivel, con la exigencia de la sociedad, manifiesta desde la Constitución de la República y materializado en el plan de estudio donde se propone, la formación de un profesional competente y comprometido con su país y su profesión.

Las últimas décadas han impuesto a las instituciones de las ciencias médicas, nuevos desafíos y nuevas contradicciones provocadas por las profundas transformaciones ocurridas en el ámbito socioeconómico, político, tecnológico y científico que han pautado las nuevas condiciones en las que tiene lugar el proceso formativo de los profesionales en la universidad.

En este escenario caracterizado también por las tendencias generales de desarrollo identificadas: masificación, diversificación, financiamiento e internacionalización, en el que tiene lugar el proceso de enseñanza-aprendizaje en la carrera de Medicina, de ahí que cada vez se hace más necesario modificar la forma de enseñar y aprender en estas condiciones.

Constituye una fortaleza para la carrera de Medicina el Plan de estudios E, el cual está diseñado para que prevalezca el aprendizaje desarrollador con una participación amplia y activa del estudiante en su formación. (10,11)

El logro de los niveles académicos superiores requiere esencialmente, entre otros aspectos, de la remodelación de este proceso en la carrera de Medicina, orientado a desarrollar las acciones básicas generalizadoras de dicha profesión que le permitan una movilidad en su campo de acción, es decir, una búsqueda de metodologías que apunten a despertar en el estudiante su capacidad creativa y a brindar los procedimientos necesarios para aplicar el saber adquirido a la solución de los problemas reales que plantea el contexto social. Esto significa que hay que hacer énfasis en lo que se enseña, en quien lo enseña y cómo lo hace, así como en lo que los estudiantes tienen que aprender y cómo deben aprenderlo.

Por tanto, le corresponde a la Universidad de Ciencias Médicas no sólo formar profesionales para el momento actual sino para el futuro con vistas a llevar adelante el desarrollo, con conciencia de servicio a su país y dispuestos a incorporar de manera independiente las innovaciones dentro de su profesión, así como los cambios sociales sobre los que repercute.

Se deben incorporar al quehacer pedagógico, métodos activos que faciliten el proceso de asimilación de conocimientos y que propicien el desarrollo de hábitos y habilidades para el estudiante. De esta forma se contribuye a una educación desarrolladora, entendida por D Castellanos y otros (12) como aquella que conduce al desarrollo, que va delante del mismo -guiando, orientando, estimulando- que tiene en cuenta el desarrollo actual para ampliar continuamente los límites de la zona de desarrollo próximo o potencial, y por lo tanto, los progresivos niveles de desarrollo del sujeto. La educación desarrolladora promueve y potencia los aprendizajes desarrolladores.

Actuar en consecuencia con las anteriores aseveraciones es tener en cuenta el precepto martiano de que el mundo nuevo necesita de una universidad nueva. El proceso de enseñanza–aprendizaje de la Historia de Cuba con un enfoque didáctico desarrollador acerca a los futuros galenos a la figura del apóstol a través de sus concepciones y el vínculo a momentos significativos de la historia, resulta paradigma indiscutible en la formación integral.

Silvestre (13) y Zilberstein (14) plantean que este proceso es la vía mediatizadora esencial para la apropiación de conocimientos, habilidades, normas de relación emocional, de comportamientos y valores legados por la humanidad, que permiten relacionar el contenido de la enseñanza, con el resto de las actividades docentes y extradocentes que realizan los estudiantes.

A partir de esta concepción teórica, el proceso de enseñanza-aprendizaje desarrollador en la carrera de medicina tiene que cumplir con los principios didácticos siguientes:

1) Diagnóstico integral de la preparación del estudiante para las exigencias del proceso de enseñanza- aprendizaje, nivel de logros y potencialidades en el contenido del aprendizaje, desarrollo intelectual y afectivo valorativo.

2) Estructurar el proceso de enseñanza -aprendizaje hacia la búsqueda activa del conocimiento por el estudiante, teniendo en cuenta los momentos de orientación, ejecución y control de la actividad y los medios de enseñanza, que favorezcan la actividad independiente y la búsqueda de información.

3) Concebir un sistema de actividades para la búsqueda y exploración del conocimiento por el estudiante, desde posiciones reflexivas, que estimulen y propicien el desarrollo del pensamiento y la independencia.

4) Orientar la motivación hacia el objeto de la actividad de estudio y mantener su constancia.

5)  Desarrollar la necesidad de aprender y de entrenarse en cómo hacerlo.

6) Estimular la formación de conceptos y el desarrollo de los procesos lógicos del pensamiento y el alcance del nivel teórico, en la medida en que se produce la apropiación de los conocimientos y se eleva la capacidad de resolver problemas.

7) Desarrollar formas de actividad y de comunicación colectivas, que favorezcan el desarrollo intelectual, logrando la adecuada interacción de lo individual con lo colectivo, así como la adquisición de estrategias de aprendizaje por el estudiante.

8) Atender las diferencias individuales en el desarrollo de los estudiantes, en el tránsito del nivel logrado hacia el que se aspira.

9) Vincular el contenido de aprendizaje con la práctica social y estimular la valoración por el estudiante en el plano educativo y los procesos de su formación cultural en general.

A juicio de los autores los principios didácticos asumidos, dan respuesta a las exigencias actuales del proceso de enseñanza-aprendizaje desarrollador en la carrera de Medicina, en tanto están referidos a potenciar el desarrollo de los estudiantes en el sentido más amplio, (de la formación integral de la personalidad), en los cuales se pone además el énfasis en su aprendizaje, y la acción de enseñanza del profesor, se aprecia como conducente de este proceso.

Si ese profesor se erige como conocedor de la obra de José Martí y con destreza pedagógica y pasión logra motivar a los estudiantes para que desde el análisis crítico aprecien cuanto de útil y brillante encierra la obra martiana, entonces, se asevera con lo planteado por Zilberstein (12) el cual refiere que este proceso ha de ser desarrollador como una de las formas que tiene de apropiarse de la experiencia histórico-social expresada en el contenido de enseñanza.

La enseñanza, el aprendizaje, el desarrollo y la educación son categorías que se encuentran estrechamente relacionadas entre sí, entendiendo esta última en su sentido amplio, como un conjunto de actividades y prácticas sociales mediante las cuales, y gracias a las cuales, los grupos humanos promueven el desarrollo personal y la socialización de sus miembros y asegura un mecanismo importante del desarrollo de la especie: la herencia cultural. (15)

El modo de proceder que ha de adoptar el profesor y el estudiante en el estudio de la Historia de Cuba en la carrera de medicina y la intención de hacerlo con visión martiana se comprende a partir de los aspectos que pueden caracterizarlo y que fueron expuestos por un equipo de investigadores del ISPEJV, dirigido por la Dra. Doris Castellanos (2002) en el texto “Enseñar y aprender desde la escuela: una concepción desarrolladora”, los cuales se valoran en este artículo. (16)

Papel del profesor en el proceso de enseñanza de la Historia de Cuba en la carrera de medicina (16)

1) Actúa como intermediario en el proceso de desarrollo del estudiante, donde su función principal es asegurar las condiciones y tareas necesarias y suficientes, para favorecer el tránsito gradual del desarrollo de un nivel inferior a uno superior.

En consecuencia con lo anterior, resulta esencial el diagnóstico integral con un enfoque científico, para garantizar que realmente las tareas docentes propicien el tránsito de los estudiantes hacia niveles superiores, a partir de la correspondencia que ha de existir entre el diagnóstico y las exigencias de las actividades a realizar. Para ello, resulta necesario determinar las potencialidades de cada estudiante.

2) Propicia la creación de una atmósfera de confianza, seguridad y empatía en el aula.

Para la formación y desarrollo de cualidades de la personalidad en los estudiantes, resulta de gran importancia la interacción que se logre entre ellos en el grupo a través de la adecuada organización del proceso de enseñanza-aprendizaje, para la realización de las actividades en equipos, a partir de criterios pedagógicos y psicológicos determinados previamente por el profesor.

3) Organiza situaciones de aprendizaje basadas en problemas reales, significativos, que favorezcan el desarrollo de motivaciones intrínsecas.

La motivación intrínseca que se ha de lograr en los estudiantes, con vistas a resolver las tareas docentes propuestas, constituye un desafío que el profesor ha de vencer sistemáticamente, por la incidencia que este aspecto tiene en los resultados del aprendizaje. La necesidad objetiva de asignar un nuevo rol al profesor, para que actúe como mediador y facilitador del aprendizaje en sus estudiantes, exige de su capacidad para proponer actividades que realmente motiven su realización.

4) Apoya a los estudiantes para que acepten los retos y aprendan a identificar, a formular y a resolver problemas.

Es muy importante, para la enseñanza en general, y especialmente para la enseñanza de la Historia de Cuba en las ciencias médicas, que los estudiantes sean capaces de identificar problemas, como un elemento que puede contribuir a la resolución y a la formulación consciente de estos.

5) Propicia la participación de todos los estudiantes del grupo, animando a los más pasivos y cuidando que ninguno monopolice la atención del grupo.

El profesor ha de facilitar frecuentemente el intercambio de ideas entre los estudiantes, garantizando que todos tengan posibilidades de expresar sus puntos de vista como una de las vías que proporciona la atención a la diversidad. El control de las actividades constituye un espacio de singular importancia que ha de aprovecharse.

6) Evita que se desechen ideas prematuramente. Emplea el error con fines educativos y estimula la atribución consciente de los éxitos y fracasos a causas controlables, modificables.

En ocasiones, los resultados alcanzados por los estudiantes no son los correctos y la atención que se ofrece, resulta poco estimulante para ellos. Se ha de garantizar la ayuda con una adecuada orientación pedagógica, de forma tal que no sustituya en modo alguno, la actividad cognoscitiva que ha de desplegar el estudiante, y al mismo tiempo, la estimule.  Se trata de aprovechar las posibilidades educativas de los errores, en primer lugar, para destacar que se pueden cometer errores, en segundo lugar, para reflexionar en cómo evitarlos en el futuro.

7) Diagnostica dificultades y potencialidades en el aprendizaje y sobre la base de ellas, concibe estrategias de enseñanza compensadoras, dirigidas a convertir las potencialidades en desarrollo actual.

Es oportuno señalar que, en todos los escenarios, este tema es de obligado debate, aunque a juicio de la autora, aún resulta limitada la orientación del diagnóstico del aprendizaje, para determinar las potencialidades de los estudiantes, generalmente se privilegia el qué no saben hacer por sí solos, por encima del que serán capaces de hacer con la ayuda de otros.

Papel del estudiante en el proceso de aprendizaje de contenidos de la Historia de Cuba en la carrera de medicina (16)

1) Es y se siente protagonista del proceso, y no como simple espectador o receptor de la información.

Para ello el estudiante ha de asumir un rol protagónico durante la orientación, la ejecución y el control de las actividades. Este aspecto constituye una necesidad para contribuir a la formación de ciudadanos que actúen reflexivamente en correspondencia con las múltiples y profundas transformaciones que se operan en la realidad.

2) Muestra actividad intelectual productiva y creativa en todas las etapas del proceso y confronta el aprendizaje como un proceso de búsqueda de significado y de constante problematización.

Este aspecto resulta muy necesario en función de promover cambios en los estudiantes, a través de un proceso de enseñanza-aprendizaje, que vaya de la simple comunicación de conocimientos, a un proceso encaminado a indagar, a investigar, estimulando en todo momento el éxito en la realización de las actividades que se les orienta. 

3) Está motivado para asumir progresivamente la responsabilidad de su propio aprendizaje.

Para que el estudiante asuma esta responsabilidad, es necesario formar la convicción de que en los momentos actuales el aprendizaje continuo, a lo largo de toda la vida, constituye una meta inaplazable.

4) Conoce sus deficiencias y limitaciones como aprendiz y sus fortalezas y capacidades, y es capaz de autoevaluar adecuadamente la eficacia de sus propios procesos.

Para ello, resulta trascendental el trabajo en función de garantizar en los estudiantes, el tránsito progresivo del control externo, realizado por el profesor u otro compañero, al control interno o autocontrol, logrando que asuman una actitud positiva ante los errores, que analicen las causas que los originan y que manifiesten disposición para erradicarlos, para ello ha de llegar a realizar conscientemente la reflexión meta-cognitiva en el desarrollo de cualquier actividad.

5) Es parte activa de los procesos de comunicación y cooperación que tienen lugar en el grupo.

Se garantizará un modelo de enseñanza-aprendizaje que se desarrolle sobre la base de la colaboración y de la ayuda entre los estudiantes. Es recomendable y necesario potenciar el trabajo en dúos, tríos y la organización de equipos de trabajos para resolver las distintas situaciones en el ámbito docente y de esta forma proporcionar la colaboración y el debate, entre todos.

6) Valora el aprendizaje como parte intrínseca de su vida y como fuente de su crecimiento personal no solo intelectual, sino también afectivo, moral, social.

Evidentemente, se corrobora que este proceso no es un espacio para transferir únicamente los conocimientos acumulados por la humanidad, sino de contribución a la formación integral del estudiante para su participación en la transformación de la sociedad en que vive.

En ese sentido la clase de Historia de Cuba se erige escenario relevante para desde un enfoque martiano contribuir al desarrollo de una cultura general integral de los profesionales en formación, a partir del reconocimiento de su compromiso con la profesión

El programa de la asignatura Historia de Cuba (56 h/c), se imparte en el primer año de la carrera, su hilo conductor adopta las convicciones del documento rector: Lineamientos generales de Historia de Cuba para la confección de los programas específicos en cada carrera, así como de las invariantes del MES, los fundamentos del Plan E, y del Programa Director de Valores, se hace corresponder el programa para las Ciencias Médicas. (10,11)

Sus contenidos están organizados en 5 unidades que abarcan desde el proceso de formación y consolidación de la nacionalidad cubana hasta la etapa actual de Revolución en el poder.

El programa de Historia de Cuba para las Ciencias Médicas establece el estudio del pensamiento de cada una de las personalidades históricas con participación significativa en los procesos que se abordan. Esto permitirá apreciar en Martí, no solo al más grande pensador y conductor político, sino también a uno de los más importantes escritores de su tiempo, poeta, periodista, orador y en menor medida, novelista y dramaturgo.

Acercar al estudiante de la carrera de Medicina a las vivencias del niño que desarrolló su intelecto en un medio desfavorable, superado gracias a sus inquietudes intelectuales, su tenacidad y a la guía de hombres como Rafael María de Mendive, es propósito para desarrollar el humanismo de manera consciente y activa.

El patriotismo asimilado por el joven Martí se radicalizó ante la crisis de dominación del sistema colonial y se sedimentó junto al independentismo que ante el estallido del 10 de octubre de 1868, convirtió al adolescente en hombre en el combate de las ideas. Contextualizar a este Martí en cada joven de hoy, en los actuales escenarios de contienda, es contribuir a la formación del profesional que se quiere formar: actor y transformador de la sociedad.

Colocar a Martí en vínculo estrecho con los estudiantes la carrera de Medicina, no debe ser desaprovechado, su faceta de poeta deja ver su sentimiento de hermandad, su dolor ante la injusticia y crea el nexo irrompible al escribir su poema “A mis hermanos muertos el 27 de noviembre”. (17)

Como hijo que llevó siempre consigo la creciente agonía de su madre, supo Martí reconocer la valía de mujeres como Mariana Grajales, la madre de los Maceo. Fue el primero que vió con lucidez lo genuinamente cubano que significaba el gesto de aquella mujer que se alzó como una ceiba y representó con dignidad suprema el sentir de la mujer mambisa. Su cubanía y sacrificio guían a las mujeres cubanas de hoy. Su admiración a esa madre cubana debe ser trasladada a los jóvenes: “De la madre, más que del padre, viene el hijo, y es gran desdicha deber el cuerpo a gente floja o nula, a quien no se puede deber el alma; pero Maceo fue feliz porque vino de león y de leona.”  Así escribía en Patria, el 6 de octubre de 1893. (18)

Reconoció en la figura de Ana Betancourt el coraje de la mujer, presente en la lucha de la patria: “(…) y en el noble tumulto, una mujer de oratoria vibrante, Ana Betancourt, anuncia que el fuego de la libertad y el ansia del martirio no calientan con más viveza el alma del hombre que la de la mujer cubana”. (18) Este precepto debe acompañar el estudio de la presencia de la mujer en todas las etapas de la historia de Cuba.

En consecuencia, sucesos cruciales en el decursar de la guerra, como lo fueron la postura de contradicciones entre Céspedes y Agramonte, merecen ser abordados con la visión martiana de hombres indispensables para el bien de la patria: “De Céspedes el ímpetu y de Agramonte la virtud, pues en el arranque del uno y en la dignidad del otro quedará para la valoración histórica asunto para la epopeya”. Obligada remisión a su artículo “Céspedes y Agramonte”, en El Avisador Cubano, Nueva York, 10 de octubre de 1888. (18)

Es la unidad patriótica en Martí, un elemento que se debe abordar con un enfoque desarrollador, ella tiene su génesis en el estudio del proceso revolucionario iniciado en la Damajagua. Este momento debe ser aprovechado por el docente para acercar al estudiante a través del análisis reflexivo de documentos, al joven patriota que como observador activo se fue nutriendo de profundas convicciones y sentimientos que lo hacían un hombre del 68, un combatiente que no cargaba el peso del machete pero en quien el grillete ya dejaba la huella del combate. Es “Lecturas en la reunión de emigrados cubanos, en Steck Hall, Nueva York, 24 de enero de 1880” una obra donde analiza el proceso de conjunto y precisa como centro de los errores, la unidad. (18)

A cada uno de los factores del fracaso de la Guerra Grande dedicó tiempo y estudio y sus lecciones políticas, deben ponerse en manos del estudiante con un enfoque que logre hacer que piensen, sientan, hagan. Uno de los objetivos generales propuestos por el programa de la asignatura Historia de Cuba persigue explicar el proceso histórico donde se forja, dentro de la dialéctica de avances, contradicciones y reveses de cada etapa, la unidad de las fuerzas revolucionarias en la búsqueda de la soberanía nacional y la emancipación social en el marco de contextos mundiales y continentales determinados. (19,20)

La política unitaria de Martí está presente en el programa de la asignatura Historia de Cuba hasta la actualidad y sus concepciones deben ser utilizadas para guiar a los estudiantes en sus actuaciones en los convulsos momentos del siglo XXI. (21)

Martí es un ejemplo único de hombre de formación esencialmente humanista que, en el apogeo de su época, comprendió plenamente la necesidad de una cultura general integral. Por ello, consideró la educación y el trabajo como las principales fuentes para alcanzar el desarrollo humano. (22)

Utilizar en el aula desde el ideario martiano aquello donde coincida pensamiento, acción, sentimiento y razonamiento en la búsqueda del mejoramiento humano, en la potenciación de las virtudes, permitirá tributar desde la disciplina al desarrollo de valores como: solidaridad, patriotismo, antimperialismo, internacionalismo y espíritu socialista; honestidad, honradez, responsabilidad, laboriosidad, justicia, dignidad y humanismo; reforzamiento de la identidad nacional y la pertenencia profesional.  

Inagotable es el análisis, para cada momento de la historia de la patria, habrá una concepción martiana que debe ser utilizada por el docente para lograr desde la asignatura Historia de Cuba, un aprendizaje desarrollador.

CONCLUSIONES

El proceso de enseñanza-aprendizaje de la disciplina Historia de Cuba, en la carrera de Medicina tiene amplias potencialidades para la aplicación de un enfoque integral en la formación pre-profesional de sus estudiantes con un carácter desarrollador que lo convierta en sujeto activo de la sociedad en que vive acercándolo a la obra martiana. Sus contenidos son vehículo para estudiar al más grande pensador y conductor político que ha dado nuestro país. Profundizar en su obra colocará al estudiante de la carrera de Medicina frente a un modelo de ética y consciencia colectiva necesario en estos tiempos de transformación para lograr hacer sostenible lo alcanzado y proyectar futuros objetivos en la república fundada con todos y para el bien de todos.

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CONFLICTOS DE INTERESES

Los autores no declaran conflictos de interés.

FINANCIACIÓN

No se recibió financiamiento externo.

 

 

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